Todos los pueblos disponen de fortalezas y también de ciertas debilidades. Riobamba y Chimborazo gozan de íconos turísticos que generan expectativa en la gente que visita el país. El centro de atracción de los turistas extranjeros es el viaje a la Nariz del Diablo en el cantón Alausí. El cantón Guano ofrece su gastronomía con las cholas, la fritada, el chorizo, la chicha huevona y las artesanías elaboradas por las manos de los valerosos artesanos; en el cantón Chunchi está el cerro Puñay, que es visitado por investigadores; mientras que, en el cantón Penipe, considerado como el “Cantón de la Solidaridad”, porque Cebycam-Ces desarrolla un trabajo en bien de los discapacitados, los niños abandonados y también de los adultos mayores. En Colta se encuentra la Laguna, en la que se lleva adelante el proyecto de desarrollo turístico, e igual es aprovechada por los turistas para visitar la primera Iglesia construida por los españoles en 1534. Guamote registra íconos turísticos como la laguna de Atillo que se encuentra en la parroquia Cebadas en vía a Macas, así como también la hacienda Totorillas que se convirtió en un sitio destinado al desarrollo del turismo. Chambo registra las aguas termales de Guayllabamba y el Santuario de Catequilla, visitado por los fieles de la Virgen del Carmen en el mes de julio. En realidad, no solamente los cantones tienen sus sitios turísticos, sino también las cuarenta y cinco parroquias rurales de la provincia que disponen de íconos que en ciertos casos no son aprovechados en su totalidad. El nevado Chimborazo es otro de los atractivos turísticos muy difundido a nivel mundial y visitado por turistas que aman la montaña y la riqueza de la naturaleza.
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